¿En qué consiste la Consulta Psiquiátrica en Jóvenes y Adolescentes?
La Consulta Psiquiátrica en Jóvenes y Adolescentes, es un tratamiento dirigido como su nombre lo dice a Jóvenes y Adolescentes con trastornos psicológicos o psiquiátricos que consiste en hacer entender al paciente por qué sufre ese trastorno y ayudarle a aliviar sus sentimientos de malestar, angustia y ansiedad, con el objetivo de proporcionarle armonía consigo mismo o con el grupo.
A diferencia de los tratamientos médicos o quirúrgicos, la consulta psiquiátrica se centra en el síntoma del paciente y lo que implica y significa para su vida cotidiana, como por ejemplo, de qué tiene miedo él, qué le deprime o qué voces oye.
Los medicamentos son necesarios en algunos casos, como en la psicosis, y actúan como adyuvantes para facilitar el proceso de curación.
¿Por que hacer una consulta psiquiátrica en Jóvenes y Adolescentes?
La fragilidad de los niños
Los niños son un público al que siempre hay que prestar especial atención, pues su fragilidad, especialmente si han perdido a sus padres, es extrema. La estrategia de UNICEF, tal y como explica desde Nepal a EL MUNDO Mariana Palavra, es desplegar lo que llaman en la organización los «espacios amigos de la infancia», donde los niños pueden jugar, pintar, cantar y recibir apoyo psicológico. «Si nuestros voluntarios se percatan de que hay algún niño demasiado afectado emocionalmente (porque está pasivo, no habla, o no puede dormir), será derivado a los psicólogos», explica.
Castilla pone un ejemplo muy claro del potencial que tiene la atención a nivel mental para que los más pequeños puedan superar las dificultades: «Hay crisis en las que se han visto malnutriciones en niños que no tenían una causa aparente, y a veces, se ha probado que dar asistencia psicológica les ayuda más que darles comida», dice Castilla.
El silencioso sufrimiento de los hombres
Pero no sólo los niños están necesitados de atención psicológica o consultas psiquiatricas. Ventevogel alerta de que, muchas veces, se subestima el sufirimiento de los hombres. Ellos son uno de los grandes perjudicados cuando lo que era una crisis momentánea se acaba alargando: «para muchos hombres, convertirse en un refugiado les afecta profundamente a su rol, ya que muchos estaban acostumbrados a ser quienes traían los ingresos a casa, pero en los entornos humanitarios, esto no es posible, y acaban muy frustrados», explica.
En una crisis humanitaria, el tiempo puede jugar a favor de las personas, pero también en contra. Y no son pocas las emergencias que se han cronificado. Siria o Palestina son sólo algunos ejemplos. «En una emergencia crónica, las personas sufren el doble de enfermedades de salud mental que la población general», explica Castilla, que cuenta cómo nuestra mente se adapta a esta situación: «Cuando se tiene una tensión, el cuerpo se adapta a ella y responde de manera temporal, pero, cuando la tensión no cesa, tu cuerpo se adapta, la respuesta es más baja, y esto desemboca en un estrés crónico», asegura Castilla.
Tal y como relata a EL MUNDO Ventevogel, «cuando una situación se prolonga, la gente empieza a perder la esperanza, se convierten en dependientes de la ayuda y se desmoralizan. Las consecuencias de esto son muy claras: «más niveles de depresión, de violencia de género, y de abuso del alcohol y otras sustancias». Es algo que Castilla llama la teoría de la patada al perro: «el hombre está frustrado porque no tiene trabajo, así que bebe, llega a casa y pega a su mujer. La mujer, que también está desesperada, acaba pegando al hijo…»
Es evidente que la solución a estos problemas no existe, ya que ésta sólo pasaría por que el conflicto en sí mismo se acabara. Pero todos los especialistas coinciden en que, mientras que las personas estén bajo unas condiciones tan límite como las que se soportan durante una emergencia humanitaria, sería un gran error menospreciar el valor que puede tener la salud mental.
fuentes: http://www.fcomci.com/noticias/2015/06/15_06_08_salud_mental